jueves, 27 de diciembre de 2012

LOS NIÑOS Y LA TELEVISIÓN

SOS: los niños y la tele



La televisión no es ni mucho menos, un aparato indeseable que debamos desterrar de nuestras vidas, pero debemos ser conscientes que la calidad de la programación se ha visto muy afectada por la carrera cada vez más despiadada de todas las cadenas para captar audiencia.

La televisión puede ser un medio muy eficaz para desarrollar sus capacidades intelectuales afectivas, o para resaltar valores y metas dañinas para su desarrollo, por eso nosotros como adultos tenemos que enseñar a los más pequeños a despertar su espíritu crítico para que sepan interpretar los mensajes que nos llegan de la televisión.

La televisión está tan incorporada es nuestras vidas que muchas veces pasamos por alto o nos resistimos a aceptar los efectos negativos que puede tener. Sería conveniente comenzar a ver la televisión con otros ojos, más activos y críticos para que así nuestros niños también despierten ese espíritu crítico.
Los niños pasan varias horas al día frente a la televisión y normalmente no seleccionan previamente los programas que van a ver. Ver la televisión es una actividad que no fomenta la reflexión y el espíritu crítico.
Algunas pautas para ver la televisión son, es conveniente poner límites al tiempo que puedan ver la televisión, seleccionar los programas según su contenido y sentarse con ellos para supervisar lo que están viendo y hacerles reflexionar.
Si les enseñamos desde un buen principio que no todo lo que vemos por la tele es realidad, si les explicamos por qué la información que nos brinda es siempre parcial, si nos sentamos con ellos a ver la tele y comentamos los contenidos de los programas, les ayudaremos a convertirse en telespectadores activos, capaces de cuestionar o de opinar sobre los mensajes recibidos.
La escuela ha de ser consciente de la necesidad, posiblemente más acuciante en los tiempos actuales, de formar alumnos y ciudadanos con capacidad para el análisis crítico,
La educación en comunicación ha de empezar por conseguir un consumo racional y crítico de los medios audiovisuales, objetivo de especial interés para los alumnos de menor edad o con mayores dificultades de aprendizaje.
Ramonet está de acuerdo en que los más vulnerables son quienes cuentan con una menor “defensa cultural”. “La televisión predispone a la hipnosis, de manera que tiende a favorecer actitudes acríticas. Educar para la reflexión crítica supone ayudar a tomar distancias respecto a los propios sentimientos, saber identificar los motivos de la magia, comprender el sentido explícito e implícito de las informaciones y de las historias, y, sobre todo, ser capaces de establecer relaciones coherentes y críticas entre lo que aparece en la pantalla y la realidad del mundo fuera de ella”.

Me gustaría acabar este artículo con este vídeo de un programa de televisión muy divertido, mirarlo que os divertirá la tarde:



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